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España no tiene secretos y baila al ritmo que le impone Luis Enrique: posesión, compromiso e intensidad

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España no tiene secretos y baila al ritmo que le impone Luis Enrique: posesión, compromiso e intensidad
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23/11/2022 15:34 Actualizado al 23/11/2022 15:34

Luis Enrique sigue el partido con extrema atención. Cruzado de brazos y parado en uno de los extremos del área técnica. No importa demasiado dónde está la pelota. Ese es su lugar favorito de la cancha para observar todo lo que hace España en su partido debut. Y lo que hizo su equipo fue un show de buen fútbol. Le dio una paliza a Costa Rica, un rival demasiado endeble y mostró, luego de la sorpresiva derrota de Alemania ante Japón, que es el favorito para ganar el grupo y llegar lejos en este Mundial. Fue una estupenda goleada. Fue 7-0. Pero la diferencia pudo ser por mucho más. Pudo ser abismal.

Cuando Luis Enrique descruza sus brazos, mete las manos en los bolsillos. Gesticula pidiéndoles a sus jugadores que salgan rápido. Pide presión. Pide intensidad. Llama a alguno de sus dirigidos y le baja un mensaje. Luego llama a otro. No se toma respiro. 

De repente el DT desaparece desde la visual que se tiene desde el palco de prensa, ubicado en la tercera bandeja del estadio Al Thumama que mostró muchos, demasiados, asientos vacíos. Repite ese rito cada vez que España tiene un tiro de esquina o un tiro libre a su favor. Apenas la pelota vuelve a ponerse en juego, regresa a su posición. Descarga tensiones, se pone en cuclillas como Bielsa. Se incorpora y se vuelve a poner las manos en los bolsillos.

Busquets y Luis Enrique, los líderes de la selección española. EFE/Juanjo MartinBusquets y Luis Enrique, los líderes de la selección española. EFE/Juanjo Martin

Lejos de estar en modo frenético, como muchos otros entrenadores, el hombre que ganó todo con el otro Barcelona colosal de la era Messi trasmite calma. Su equipo también. Es cierto que Costa Rica colaboró con la causa. Fue demolida por una España que siempre tuvo la pelota. La posesión nunca bajó del 70% para los europeos que jugaron con un doble cinco particular y que explica semejante predominio en el juego.

Sergio Busquets, el sobreviviente del campeón del mundo en Sudáfrica 2010, es el pívot del equipo los impetuosos y criteriosos Gavi y Pedri, los Xavi e Iniesta de la nueva generación. Rodri, el exquisito mediocentro del City, es el primer marcador central. Imposible sacarle la pelota a España, que va y viene hasta que encuentra el hueco y hasta hace parecer que Keylor Navas no fuera Keylor Navas.

El DT de España, Luis Enrique, celebra la victoria en el debut ante Costa Rica. ( AFP)El DT de España, Luis Enrique, celebra la victoria en el debut ante Costa Rica. ( AFP)

Luis Enrique, de repente, desaparece. No hay córner ni tiro libre a favor, pero igualmente Se mete dentro del banco de suplentes. Intercambia conceptos con sus asistentes y prepara dos cambios. Saca a Ferrán Torres, su yerno y autor de dos goles, y Pedri, uno de los cerebros, cuando apenas pasaron 10 minutos del segundo tiempo. Su equipo ya ganaba 4-0. Partido liquidado.

Vuelve a mirar hacia dentro del banco y llama un asistente. Sale corriendo a buscar a otros dos jugadores. Apenas pasó un cuarto de hora del complemento y les de descanso a Jordi Alba -qué delicia de caño que metió- y Busquets. Cuatro minutos más tarde, repite el ritual y el que sale es Asensio, autor del segundo- que se movió como una especie de falso 9, entrando y saliendo para generar huecos para Dani Olmo -abrió la cuenta- y el inquieto Ferrán Torres.

Vuelve a pararse Luis Enrique. Pero enseguida se mete adentro. Para festejar el quinto de España. Gol de Gavi. Su equipo no saca el pie del acelerador. El no se lo permite.

Luis Enrique celebra uno de los goles de Ferrán Torres. REUTERS/Carl RecineLuis Enrique celebra uno de los goles de Ferrán Torres. REUTERS/Carl Recine

Costa Rica está para irse al vestuario ya. España está para seguir metiendo goles. Los hace y ante cada tanto suena en el estadio la canción 'Mi gran noche', de Raphael, el tema que eligieron los españoles para celebrar sus goles en este Mundial. Primero anota Carlos Soler. Después Alvaro Morata. Ya va 7-0 el partido, se aproxima el minuto 90. Y el DT ve que su equipo queda mal parado y levanta los dos brazos para que los delanteros vuelvan. Y vuelven.

Luis Enrique es el DT que entiende todo y no se calla nada. Es el anfitrión de un canal de Twitch, armado por la federación de su país, y le responde a todo aquel que se anima a preguntar. No tiene secretos. No los necesita. Sabe que su equipo reacciona ante cada gesto y cada palabra. Y más ahora. Sabe que España tiene todo para soñar con un final feliz en el desierto. Aunque, claro, todavía debe pasar una prueba de fuego: será el domingo ante una Alemania lastimada.  

Doha, Qatar. Enviado especial.

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