"El fútbol es un estado de ánimo", dijo alguna vez Jorge Valdano. No se sabe a ciencia cierta si hay que pagarle derechos por el uso de la frase o si el autor es otro y el campeón del mundo en México 1986, simplemente, fue quien la popularizó. Lo concreto es que, tras la derrota fuera de cálculos contra Arabia Saudita en el estreno mundialista en Qatar 2022, esa idea-fueza sirve como disparador para pensar cómo impactó el 1-2 en el semblante de la Selección Argentina y, sobre todo, cómo reaccionará el plantel de cara al partido del sábado contra México, otra vez en el fatídico Lusail.

¿Cómo está el ánimo del plantel que dirige Lionel Scaloni? Esa es la gran pregunta que se hacen todos. Este miércoles, durante los 15 minutos que se abrieron las puertas de la Universidad de Qatar para mostrar la práctica, era también el interrogante que planteaban los periodistas extranjeros. "¿Está en shock la Argentina?", les preguntaban una y otra vez a los acreditados más cercanos a la Selección.

Los periodistas extranjeros impactados por la derrota de la Scaloneta. Foto: Fernando de la Orden / Enviado Especial

El mensaje que salió del búnker albiceleste fue claro. Se palpó en la zona mixta, cuando el golpazo estaba demasiado fresco y los jugadores ensayaron una interesante autocrítica y, a la vez, trataron de mostrarse enteros y enfocados en dar vuelta rápido la página.

Vale retroceder en el tiempo a otro recuerdo poco grato en celeste y blanco: el debut en Rusia 2018 que culminó en el 1-1 contra la débil Islandia, que incluyó un penal errado por Lionel Messi. Fue un golpazo difícil de digerir y luego todo fue cuesta abajo. Si bien el grupo no es el mismo -sólo quedaron siete jugadores de aquel plantel-, el semblante tras el tropiezo en el Lusail es completamente diferente. Porque, según pudo averiguar Clarín, las sensaciones también son diferentes. Y hay motivos para creer que es así.

Un dato no menor es que Lionel Scaloni integraba aquel cuerpo técnico y vivenció, desde un costado, aquella situación que empezó a salirse de carriles para Jorge Sampaoli y que desembocó en la dura derrota ante Croacia. El actual DT vio cómo se manejó (mal) ese escenario de crisis y ahora, cuestión de experiencia, tiene herramientas diferentes para gestionar la adversidad.

Los suplentes se movieron bajo un intenso sol en la Universidad de Qatar. Foto: Fernando de la Orden / Enviado Especial

Por otro lado, más allá de que desde el palco de prensa se observaron algunos problemas de funcionamiento y de intensidad, en el predio que la AFA posee en la Universidad de Qatar están convencidos de que el equipo tuvo buenos momentos este martes en Lusail y que debería haber liquidado el partido en el primer tiempo de no ser por los tres goles anulados, dos por milímetros. Entienden que el golpazo de los dos goles en seis minutos generó confusión. Y que no se pudo volver de ese fuerte impacto.

Sin embargo, más allá de esa convicción, la principal diferencia es que este grupo está mucho más consolidado y persuadido de que hay fútbol y carácter para enderezar el rumbo el sábado contra México. El ánimo no está por las nubes, está claro, pero tampoco está resquebrajado. Eso quedó plasmado a lo largo de las charlas internas que se produjeron en lo que quedó del martes, luego del resbalón ante Arabia Saudita. Y se fortaleció gracias al apoyo de los familiares que este miércoles fueron a visitar a los jugadores. Los pies, más que nunca, sobre la tierra.

Como muestra también alcanza con revisar el pasado un poco más reciente para entender cómo funciona internamente este grupo que, sobre la base de confianza y un estilo de juego establecido, llegó a estar 36 partidos invicto.

Messi se lamenta en la cancha. En el vestuario tomó la voz y levantó ánimos. Foto: Fernando de la Orden / Enviado Especial

Una situación similar se vivió en la Copa América 2019, en la primera competencia oficial de la era Scaloni. El equipo arrancó con derrota (0-2 con Colombia) y continuó con un empate (1-1 con Paraguay). En una situación límite, más de que pasaban tres de cuatro -el tercero debía jugar un repechaje-, el equipo le ganó 2-0 a Qatar -sí, leyó bien, Qatar- para avanzar de ronda. En ese torneo se puede encontrar la primera llama de comunión que sirvió para amalgamar al grupo.

Tampoco fue feliz el estreno en la Copa América 2021, aquella que terminó con Messi levantando su primer trofeo con la Selección en el Maracaná. Fue un pálido 1-1 contra Chile, en Río de Janeiro, que había encendido algunas señales de alarma por el mal funcionamiento del equipo. Acto seguido, a excepción del 1-1 con Colombia que decidió en los penales que convirtieron en héroe -y en meme- a Dibu Martínez, el equipo siempre ganó. Allí, además, se terminó de afianzar la identidad de la Scaloneta.

Por lo tanto, si el fútbol es efectivamente un estado de ánimo, la Selección Argentina tiene argumentos para recalcular y volver a empezar. Falta conocer la respuesta que tendrán en la cancha. Porque es importante sentirse bien, pero también es necesario jugar mejor.