Jandry, de 9 años, y Braulio, de 11 años, aparecen abrazados junto a una torta mientras compartían un festejo de cumpleaños. Aquella gráfica se observa en un cartel expuesto afuera de una vivienda de las calles 33 y Capitán Najera, en el suburbio de Guayaquil.

En ese hogar, la alegría e inocencia de ambos menores está ausente producto de la violencia que azota a Guayaquil. Sus allegados claman justicia a las autoridades y que cese la ola de violencia, que ha triplicado las muertes violentas en lo que va del año en la Zona 8, que además está integrada por los cantones Durán y Samborondón.

El pasado 6 de enero, en el día de Reyes Magos, ambos menores (Jandry y Braulio) se dirigían a pie con su madre y abuela Marisol a observar la quema de años viejos que se daría a pocos metros de la vivienda, en la esquina del sector.

Mientras se movilizaban hacia ese punto quedaron en medio del cruce de balas que ejecutaron individuos a bordo de dos autos en contra de un grupo de personas que estaba en el portal de una casa.

En el hecho violento, que —según las investigaciones— iba dirigido a otras personas que se encontraban en el portal de una vivienda, los dos menores y la mujer fueron alcanzados por los proyectiles.

Braulio, de 11 años, murió en el sitio por múltiples impactos de bala en varias partes del cuerpo; mientras Jandry, de 9 años, recibió un disparo en la cabeza y fue internado de emergencia en el hospital Francisco de Ycaza Bustamante.

Marisol también estuvo internada por una bala que recibió en el pecho y afectó uno de sus pulmones. Durante dos semanas permaneció en estado crítico, intubada, y al día 20 pudo recibir el alta médica.Un menor de 11 años fue asesinado durante ataque con fusil en la 33 y Capitán Nájera; otro niño y una mujer quedaron heridos

Mientras luchaba por su vida en el hospital, ella recuerda que suplicaba a Dios poder recuperarse para cuidar del menor de sus cinco hijos, Jandry. Hasta ese momento, ella no sabía lo sucedido con él ni con su nieto Braulio.

“Él siempre ha sido el niño de mis ojos. Yo le pedía misericordia al Señor para cuidar de mi bebé, yo he sido padre y madre para mi hijo, le pedía que me levantara de la cama del hospital sin saber que mi hijo estaba combatiendo entre la vida y la muerte en un hospital”, comentó.

A los 20 días, cuando le dieron el alta, regresó a casa. Su familia no sabía cómo darle la noticia de que su hijo estaba en el hospital, que había recibido un impacto de bala y que no se la habían podido retirar.

Luego de más de 40 días en estado crítico, Jandry no resistió a la bala alojada en su cabeza y falleció la madrugada de este martes 22.

En medio de la consternación, a casi dos meses del trágico episodio, la familia de los menores aún desconoce acerca de los avances en las investigaciones ni sobre detenidos para que se haga justicia en el caso. Es lo mínimo que pide esta familia, aunque aquello no les devuelva la vida de los pequeños Jandry y Braulio.

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“¡Qué puedo pedir a las autoridades!, si aquí no hay autoridad para la gente pobre... ¡Qué puedo pedir!, si aquí no hay justicia para la gente realmente pobre, solo hay justicia si son autoridades o para la gente rica, que tienen plata e influencia. Aquí, son dos angelitos que no tuvieron nada que ver, inocentes, ¡qué puedo más pedir!”, lamentó la madre.

En la vivienda, el miércoles 23, la madre soltera junto con más familiares continuaban en el velorio del pequeño, cuyo cuerpo reposaba en un ataúd blanco rodeado de ramos de flores.

Ahí, ella pidió acciones a las autoridades para que se detenga la ola de violencia, que también deja víctimas colaterales, como los dos menores Jandry y Braulio.

La mujer pide al presidente que tomen cartas en el asunto, pues ya no son solamente personas adultas a quienes están matando, sino niños. “No solamente estaba mi niño en el hospital: ahí está una niña de 7 años, está con dos impactos de bala en sus pulmones, está peleando entre la vida y la muerte”, dijo.

“Presidente, por favor, están pagando niños inocentes, ellos apenas quieren vivir. Lo único que pido es que hagan justicia... Acá ya va para dos meses y las muertes de mi nieto e hijo están en impunidad”, comentó.

El 17 de octubre del año pasado, otro infante murió en el asalto de una heladería del barrio Centenario, en el sur de Guayaquil. Luego de ese caso, varios hechos violentos han tenido a otros menores como víctimas.

En lo que va del año, en la Zona 8, integrada por Guayaquil, Durán y Samborondón, se registran al menos 195 muertes violentas. Aquella cifra representa más del triple de los casos reportados en el mismo periodo del año pasado. (I)